Cambio de casa, cambio de empleo, cambio de talla y cambio de hábitos.
Ha sido una época compleja (como si nunca lo fuera) y a pesar de haber tenido un cumpleaños muy ajetreado, logamos hacer la mudanza y la fiesta sin muebles en la vieja casa.
También logré seguir en el nuevo trabajo y parece que eso tiene un buen rumbo.
Aún me estoy reacomodando, no sé qué será del siguiente año, y menos qué será de mí.
Sólo sé que me siento contento y que me da gusto seguir acá, en el blog y, sobre todo, en la vida.
¡Que la gloria del Santísimo Señor Sebaldo nos dignifique con su gracia!
He dicho.