10.12.10

Fresones Rebeldes

"No me faltes nunca
yo tengo derecho a ser feliz
no te vayas lejos
lejos es muy lejos para mí

Donde vas, volverás, dime que me llevarás
Quiéreme, bésame, déjame tu huella al amanecer

No me faltes nunca..."

*Letra de Al amanecer de Los Fresones Rebeldes

Con la desgracia del mundo volvió la tristeza

Bien a bien no recuerdo cómo volví a escuchar a Antony, sólo tengo presente el fin de semana en el que luego de estar en DF, no ir a la universidad y haberme nulificado con un PS3, volví a Cuenavaca acompañado por Púrpura, en una nube de sueño, culpa, angustia y melancolía.

Llegué a casa en el momento que no es ni día ni noche, con tanta tristeza como hacía mucho no. Me sentí abatido, desdibujado, sufriente... uno de los desterrados hijos de Eva, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.

Así que no pude hacer nada más que extender e intensificar ese estado, y escuché hermosas canciones que me produjeron bellos, atroces e intensos sentimientos. Uno de ellos fue Antony & the Johnsons, que se convirtió en el maltrecho himno de mi poliomelítico fin de semana.

Dormí, lloré, canté, volví a llorar y me sumergí entre sábanas y cobertores... "desolación y muerte a toda la humanidad" pensaba una y otra vez. Y es que, luego de observar detenidamente lo que pasa a mi al rededor, no pude sino dolerme; es como si me hubiese hermanado con el grito de todos los sufrientes, de todos aquellos que padecen la inclemencia de lo existente.

Algo similar a aquel lluvioso día en Guerrero en que, dentro de una iglesia, pude imaginarme en una época de peste, invaciones y hambrunas, siendo un fiel creyente de la Cristiandad y su reino que no es de este mundo.

9.12.10

Dos discos de La Buena Vida

Sabes cuáles son, así que ni los nombres pongo.

Nos vemos, raíces negras.

http://www.mediafire.com/?fcuz7k2p2cg2u8k
http://www.mediafire.com/?7j7dvsdi5z7d7x9

8.12.10

¿Entrada sobre pedido?

Que escribiera sobre las relaciones a distancia, dijeron.

"no tengo idea de qué diría", respondí.

Y es que hay algo cierto, puedo hablar/inventar/mentir sobre muchas cosas, pero de las relaciones a distancia nada, ni un ápice (¿para los anacrónicos?), ni un pelo (para los amantes de gatos), ni un grano de mostaza (para los religiosos). Así que pensé, porque preguntaron: "¿entonces sólo escribes de lo que vives?", a lo que respondí sin chistar: "sí. Así que eso devino en un estruendoso pensamiento: "¿Será que todo lo que se escribe, sea cual sea la manifestación, parte de la experiencia sensible/mental/interior/metafísica/de vida?"

Mi respuesta es que sí. Y que uno escribe, hágalo bien, hágalo mal, desde sí mismo. Cosa nada nueva, claro está, pero que me hace pensar si uno en verdad "inventa" diálogos, personajes, situaciones, formas, o es que sólo las traduce de alguna especie de experiencia; en palabras burdas, si al escribir no se es un simple embudo de vivencias; así tal cual, un lugar por donde pasan las vivencias que luego las hace uno escritura/habla.
Hay golpes tan fuertes en la vida, ¡yo no sé!.

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Pregunté: "¿como máquinas deseantes? ¿a eso se refieren con lo de -máquinas que desean-?"; entonces respondió: "yo creo, en mi caso sin la eficiencia propia de las máquinas"

Y de ese diálogo surgió una interesante plática sobre la eficiencia de las máquinas, Yo decía que en realidad pensar en las máquinas como algo sumamente eficiente, incluso más que los humanos, debe ser reciente.

Imagino otros contextos históricos en los que las máquinas eran herramientas, no "cosas" con capacidades. Es decir, en tanto herramientas no tienen cualidades ni aptitudes, sólo posibilidades de uso, léase aplicaciones.
Las máquinas habrían sido simples herramientas que el humano usaría para potencializar ciertas actividades, ciertos usos, ciertos resultados, esto va del plano inclinado a los arneses de tejido de los sericicultores.

Sólo es ahora, en estos años de avances frenéticos y de divinización de la técnica, que asumimos a la máquina como un "ser" (ya no cosa) con cualidades, aptitudes y capacidades que nos superan.

Insisto, la idea de que "la naturaleza" de las máquinas es ser más eficiente que los humanos, es reciente, producto de no-sé-qué fantasmas, demonios e imaginarios coletivos.

¡Alta sea la gloria al Santísimo Sebaldo! Loas a su nombre, bendiciones a su imagen.

5.12.10

Cubríanme con una mortaja negra en un lecho de tejo. Escanciábanme vino azul, mezclado con amargura

El hombre azul vio su reflejo en el espejo de agua: bebía cansinamente a orillas del lago, bebía, rodeado de arbustos y pequeños ojos que le observaban. No había tiempo ni camino, ni nombres ni espera, sólo el lago en la espesura de un bosque. El hombre arrodillado que veía a su reflejo beber cansinamente a orillas del lago escuchó palabras, rumores sordos y murmullos insomnes. Lloró. El hombre azul sorbió sus lágrimas al mezclarse con el agua. Calló y tuvo miedo: 

miedo de la ira de un dios inclemente,
vino azul mezclado con amargura,
cada noche, cada orilla, cada llanto,
cada ocaso, cada alba, cada instante
miedo de dios mezclado con tristeza,
vino azul mezclado con amargura

Se descalzó, echó lejos su abrigo y se desnudó totalmente:

"perdemos el sentido cuando los senderos se bifurcan, cuando el caliz se derrama en las sombras"

dijo mientras sus pies tocaban el agua y los lirios cedían ante su andar. El hombre azul se adentró en las plácidas aguas, sumergió un cuerpo que no era joven y tampoco viejo.

El hombre habló, con la boca anegada de musgo, el hombre aulló y de su boca sólo manaba tristeza:

“permite que las aguas laven mis ojos, deja que la noche desgarre mi garganta”