Los acontecimientos se sucenden, poco a poco o con un flujo sin precedentes, los acontecimientos me rebasan, se y me desbordan, se concatenan, me anegan... soy testigo y protagonista de las transformaciones que esos acontecimientos gestan en mí.
Nada nuevo, por cierto, nada nuevo.
Sólo quisiera tenerlo todo, y tristemente, sé que no podré.
Los caminos del padre no se develan ante mí.