19.4.11

Euphorbia Obesa o cómo obsesionarse con lo imposible

He sido absorbido.

He sido consumido, devorado, digerido y excretado por las plataformas en internet que dicen, son redes sociales. Y ante tal aseveración, surge en mí una voz que me inquiere: ¿qué diantre quiere decir "red social"? y, aficionado como soy a los acertijos y al despilfarro de tiempo en la búsqueda de información enciclopédica e inútil, me doy a la tarea de hacer una mediocre investigación filológica.

Vayámonos por partes, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) -en-línea-, da once definiciones para "red"; y aunque la mayoría está bien (excepto la tres, que es una estupidez), para mis fines tendenciosos sólo necesito una:
red.
(Del lat. rete).
5. f. Ardid o engaño de que alguien se vale para atraer a otra persona.

Acto seguido, vayamos con la palabra "social", ésta tiene sólo dos acepciones y las dos me vienen bien:
social.
(Del lat. sociālis).
1. adj. Perteneciente o relativo a la sociedad.
2. adj. Perteneciente o relativo a una compañía o sociedad, o a los socios o compañeros, aliados o confederados.

Ahora bien, plataformas en internet como facebook, twitter, tumblr e incluso blogger (las bajas son intencionales), se llaman a sí mismas redes sociales; si usamos las definiciones arriba mencionadas y las hacemos empatar violenta y arbitrariamente, entonces esas plataformas serían algo así como "Un ardid (o engaño) para atraer personas pertenecientes a una compañía, sociedad, alianza, confederación, etc."

Ya con la certeza de las buenas definiciones y el consenso en los términos, puedo volver al relato inicial.

He sido absorbido.

He sido consumido, devorado, digerido y excretado por las plataformas en internet que, efectivamente, son redes sociales.

Años ha que abrí esta cuenta de blogger, hace años que escribo aquí, más por terquedad que por placer. Sin embargo, desde que entré en el cintillo de facebook y recientemente de twitter, mi ya de por sí evanescente creatividad se ha visto mermada al máximo. He dejado de escribir, ha disminuído mi ritmo de lectura, he dejado de buscar música interesante, he dejado de hacer tantas cosas que me producían placer, que me he sorprendido. Y hoy, mientras transitaba -conducido por un chofer, muy al estilo burócrata- por la autopista México-Cuernavaca, pensé en lo mucho que necesitamos ser vistos, lo mucho que deseamos decir, y lo poco, o más bien nulo, del contenido de la enunciación.

Me explico y dejo el fárrago para después: lo que se dice en twitter, en facebook, en tumblr, en blogger y en sitios similares, es tan falaz, tan baladí, tan intrascentende y tan absurdo, que me produce tristeza cuando lo pienso con detenimiento.

Queremos decir tanto, queremos ser tan escuchados, ser tan reconocidos, que en nuestro intento pueril sólo hacemos una mueca estúpida, solamente balbuceamos palabras que no llegarán a ningún lado, que simplemente, son letra muerta.

Esto que escribo no tendrá una mejor suerte.

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