27.6.12

El diario en ausencia

Un blog, en muchos casos es un diario. De alguna forma, los diarios reflejan el interior de sus dueños: lo que habita sus mentes (¿corazones también? o es que ya no se usa). Un diario habla desde la escritura, pero también desde el silencio. El silencio en sí mismo habla siempre y está revestido de significado.
La ausencia en este blog es así, es una ausencia/silencio que habla. ¿Qué dice? no lo sé muy bien, no soy mi biógrafo/exégeta/hagiógrafo, pero puedo aventurar explicaciones que no daré ahora.

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 Sí espero un cambio, en todos los sentidos. Y espero también un regreso: periplo periplo periplo periplo una y otra vez en la cabeza. ¿A dónde? Al desierto que aún no conoces, a las dunas de yeso y las de arena.

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 No necesito el orden, si el lenguaje se agolpa/aglutina/derrama, dejemos que siga su cause: "no todas las palabras tienen agua para fluir", dijo una vez, "si la tienen déjalas que corran", explico yo.

14.6.12

Periplo


Hace casi seis meses dejé de escribir aquí, en "guayabada". Como era de esperarse, de suponerse y de desearse, mi vida cambió. Mucho para algunos, poco para otros; lo suficiente para mí, lo necesario.
     Terminé una muy larga relación, de la única forma que se terminan esas relaciones: con dureza, con llanto y con odio. Todo en un tono recalcitrante.
     Ahora estoy bien, estoy -ya no digamos feliz- pero sí, al menos, contento.
     Tengo una nueva relación, tal como son las relaciones nuevas: flamantes, hermosas, sin asperezas y con un brillo cegador (segador también, si es que las penas fueran trigo).
    Aprendo más, cada día, no sólo de la flamante/brillante/lisa/hermosa relación, también de mi trabajo y de mis proyectos.

    Así que, luego de este periplo volví. Regreso motivado, en parte, por ese contacto cuasianónimo que me hizo volver el rostro sobre este blog y el espacio de libertad de escritura que permite.

Bienvenidos sean, lectores de mundo, de nuevo a "¡guayabada! El original guayabazo acidulado".