26.7.10

Si una noche...

Si una noche de invierno un viajero decide tomar el numinoso camino que dicta Sebald y, anegado por las miasmas de su inmisericorde alma, se apea del brioso corcel para luego pisar el anegado fango, sepa que no faltarán esbirros que le busquen e instiguen a dejar el camino. Sepa aquel viajero que el sendero se cubre con espinas dolientes, pero en cada gota de sangre derramada al pasar entre espinos, encontrará una joya engastada en ámbar que, cual mágica runa, le librará de su ominosa errancia.

No hay comentarios: