De las Violetas a las Realdolls

Cuando llegué al trabajo y reparé en varias cajas de libros cerradas, mi primer pensamiento fue que debería dar de alta, etiquetar y acomodar otra de esas consignaciones de material científico, aburrido, demasiado especializado e inutil (bueno, util para cinco personas en la faz de la tierra). Me llevé una grata sorpresa cuando vi que la caja estaba llena de libros de la editorial Alfaguara.

Antes, cuando recién comencé a trabajar en librerías, la editorial Alfagura me parecía una de las editoriales más importantes en cuanto narrativa contemporánea se refiere. Yo sé que no lo es tanto como pensaba, pero en esa época conocí Tinta roja, Mala onda, Sueños digitales, Desbarrancadero, La virgen de los sicarios, Círculos, Historia de cronopios y de famas, Rayuela, Casa de campo, La ratesa y muchas otras obras que me hicieron disfrutar y pensar bastante. Saqué todos los libros y mientras veía las portadas y los nombres, uno de ellos, titulado Las Violetas son flores del deseo llamó profundamente mi atención por su portada:

Como es de esperarse, entusiasmado por tan sugerente fotografía, leí la sinopsis de la contraportada, abrí el libro y busqué en la página quiénes eran los autores de la imagen; resultó que la foto es de Ana Clavel y Rogelio Cuéllar (y como me enteraría más tarde, esa foto emula una pieza de Hans Bellmer). Aún lívido por la excitación ante esta imagen, pensé que quizá podría encontrar toda una serie similar. Así que comencé a buscar en la red y lo único que encontré fue otra vez la portada y algunas referencias a la novela.

De cualquier forma, durunte este rastreo, fui encontrando un mundo de hipertextos que me enviaron a otros lugares en donde me enteré de muchas cosas interesantes, conocidas y desconocidas de las que hablaré ahora.



Lo primero que descubrí fue la existencia de los Ohmibod es decir, vibradores para ipod. ¡Sí! quizá ya todo el mundo tiene uno, pero fue una sorpresa para mí y me han parecido el hitazo. Lo interesante no es que funcionen con la energçia del ipod, sino que se se conecten y vibran al ritmo de la música que están reproduciendo.

Así que supongo lo ideal será iniciar el show cómico-mágico-musical con algo como el Felt Mountain de Goldfrapp (para empezar de forma cadenciosa y mesurada), luego pasar al Antics de Interpol (para darle inico al prendón) y terminar con el Druqs de Aphex Twin (para que eso se convierta en una literal carnicería). Este aparato le da un nuevo significado a decir "la música sí me prende". Un artefacto maravilloso sólo que... espero pronto se lance al mercado una vagina a pilas que haga lo mismo que este dildo.

Mmm, ahora sí voy a sentir a los Hooverphonics...

Aunque mientras eso llega, ya tengo una solución para mí y son la otra cosa que descubrí en la búsqueda: Las Realdolls.

A decir verdad, estas ya las conocía pero las había olvidado un rato. Si alguien no sabe qué son, le diré que las Realdolls son la siguiente generación en muñecas para el placer, juguetes sexuales o compañeras inanimadas, como quieran llamarlas. Las primeras que conocí fueron las muñecas inflables que en cualquier sexshop se exhiben. Bueno, yo no sé si a alguien le place follarse una cosa de esas pero espero que no, esas muñecas inflables (o muñecos también) ni tienen tamaño real ni tienen textura en la vagina, en la boca o en el ano y la piel se siente como una pelota de esas que huelen a uva.

En fin, todo esto es para contrapuntearlas con las Realdoll, yo nunca he usado una, porque entre otras cosas, son bastante caras, pero por lo que he podido observar en varios documentales, son unas maravillas. Textura plástica, sí, pero mucho más cercana a la sensación de piel humana que las muñecas inflables. Las Realdoll tienen proporciones humanas "normales" y un formidable sistema de articulaciones, por lo que son lo más cercano a una compañera de carne y hueso. Además, como puede verse en estas fotos, ¡son hermosas! y de verdad, de verdad excitan con sólo verlas. (¿no? bueno... es que estoy un poco perturbado desde chiquito).

No sólo existen female dolls, también hay male dolls y shemale dolls... es decir para todos los gustos. Además, algo que no se dice mucho es que esto puede ser el sucedáneo para oscuros deseos sexuales... ¿a quién le haría daño que se atara, flajelara y cortara a una muñeca? o quién demandaría justicia si se entera de que hay una muñeca encerrada en el baño, con las manos encadenadas y la ropa rasgada brutalmente. Nadie, por que entre otras cosas, estas muñecas son eso, muñecas de placer, muñecas que pueden hacer realidad las fantasías más profundas y pervertidas del alma.