Popurrí 2

Hoy jugué frontón e hice pareja con Mar. Debo decir que ha mejorado y se aterra menos cuando no les pega. Había una pareja que eran buenos y nunca les ganamos, pero todos los demás (tres retas) eran malones, así que fuimos la dupla de la muerte y los sacamos una y otra y otra y otra vez. No cabe duda, la práctica hace al maestro, luego de un año, de algo debían servir las 2 horas diarias de jugar, ¿no?.
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Después de enterarse que en Pampa y Tango hay un ladrón que sustrae las tarjetas y el efectivo y ser víctima de él, Mar redactó su renuncia y, por alguna razón no la imprimió en su casa, fuimos a un cibercafé a imprimirla. Traía el archivo en formato .doc en una memoria usb. El sujeto del ciber preguntó qué archivo era, lo intentó abrir y dijo, sin alzar la cara cubierta por su gorra: "oye, no abre". Como Mar usa un mac, entonces pensamos que por alguna razón extraña no se había guardado bien o no era compatible, aunque en realidad eso nunca pasa. Entonces el sujeto siguió intentando y le daba doble clikc una y otra vez y sólo aparecía lenguaje máquina (signos sin ton ni son, pues). Yo estaba algo desesperado y me asomé al monitor, justo en el momento que le daba doble clikc de nuevo al archivo. Entonces pregunté: "¿Por qué abres la copia de seguridad y no el archivo origen?", acto seguido, el sujeto hizo cara de "estás imbécil", le dio dos clikcs al archivo y listo, se abrió sin ningún problema y luego lo mandó a imprimir. Asi que resultó que el imbécil era él, no yo.
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En realidad a mí me dan asco pocas cosas: la mayoneza, la mostaza, el aguacate, la crema, el yogurt natural, los vúlgaros (de agua y de leche), los gusanos que tienen los animales en los intestinos, las lombrices intestinales que caminan en mi regadera y el vómito en los pasillos del metro. A todo lo demás soy inmune (aunque en alguna ocasión caiga). Entonces, Lethé (la gata más joven que tengo) no sabe limpiarse bien, como la encontré muy chica, supongo que nunca improntó los hábitos de limpieza de su madre y cuando llegó a mi casa, Zagreuz se portaba demasiado uraño para que aprendiera cómo asearse. Platicaba con Sandra, la roomie provisional, y me dijo que precibía un olor a mierda; en ese momento Lethé caminaba por ahí, la tomé, le levanté la cola y olisquee su ano. No era ella, su ano estaba inusialmente limpio e inoloro. Sandra se sorprendió y dijo que era asqueroso que le oliera el ano, sobre todo porque me podía contagiar de no sé qué cosa. La pregunta es, si la gente le lame el ano a otra gente, si se lenguetean los genitales, se pasan saliva y se orinan mutuamente ¿por qué es asqueroso que olfatee el ano de mi pobre e inocente gata?.
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Tengo un corte de cabello que se mueren todos de envidia. Me siento como en la canción de Gloria Trevi: "Y todos me miran me miran me mira"...
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¡¡No entiendo nada de economía!!