16.4.08

El regreso

Luego de una convalecencia terrible, un par de operaciones, varios transplantes y cientos de cartuchos de anestesia, estoy de vuelta; eso sí, estoy más delgado, tengo los glúteos que siempre quise, la nariz como la esperaba, las orejas en su justa medida, mi cintura es del tamaño ideal, mi piel se ha blanqueado y tengo unos pectorales para morirse.

Pero eso es lo que menos me importa... lo realmente relevante es que he vuelto, mejorado, estilizado, inequívoco y atroz, así que cuidado con lo que posteas en la red, cuidado con lo escribes en tu correo, mesura tus visitas a los sitios y sobre todo siente temor, porque el blog más grande, más fuerte, más ácido, más crítico y sobre todo, más glamuroso, ha regresado a las fibras ópticas.

¡Eludid la apisonadora!

3 comentarios:

sara dijo...

¿y si alguien te ve, gabo?

A dijo...

ya es metrosexual

besos modestos
A.

Anónimo dijo...

Sara, no pasa nada, Nadie me verá llorar, jajaja (ese es el título de un libro de Cristina Rivera Garza publicado en Tusquets, un chiste libresco, pues).

A, muchas gracias por tus comentarios. Lamento confesar que no soy metrosexual, a lo mucho centimetrosexual...

Saludos malabarescos